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domingo, 3 de agosto de 2014

Mariano Benítez, Buenos Aires, Argentina

El 25 de febrero de 1907, se designa con el nombre de Mariano Benítez a la estación ubicada en el kilómetro 287 de la vía de la Compañía General de Ferrocarriles en Buenos Aires que unía dicha ciudad con Rosario. El pueblo se funda el 8 de setiembre de 1908 en tierras pertenecientes a don Miguel V. Dávila, y toma el nombre de la ya establecida estación, que a su vez lo recibió en honor a un primo de Dávila, quién había dedicado grandes esfuerzos a mejorar la estancia "La Ambogena", que había heredado de su padre, uno de los primeros pobladores del Partido de Pergamino.
Los pueblos ubicados al Este de la ruta 32, tuvieron un desarrollo menor que los ubicados al Oeste, son en la actualidad más pequeños y conservan ese encanto de permanecer congelados en el tiempo, quizás debamos encontrar las causas en la distancia que los separa de la ruta principal, o en la menor importancia del ferrocarril francés (Belgrano) en contraposición con el poderoso Central Argentino, después Mitre, que corría al otro lado de la traza.
La población actual asciende a las 170 personas que viven mayoritariamente de las tareas agropecuarias, posee una cooperativa eléctrica, una planta de acopio de cereales, comercios, dos clubes, un centro de jubilados que funciona en el viejo edificio de la estación, dos instituciones educativas, biblioteca popular, policía y servicio público de pasajeros que la vincula con Pergamino.
El edificio y el predio se encuentran en muy buenas condiciones gracias al esfuerzo de los jubilados que tienen instalado su centro en dicho lugar, gracias a ello podemos disfrutar de los detalles que hacen muy bellos a estos edificios en todo su esplendor, en especial la gran puerta de acceso, la galería y los adornos del mojinete. También los baños y el pequeño depósito se hallan bien cuidados y sobre todo no han sido modificados, acto que a veces descompone la naturalidad del diseño original.

Perdón abuelos si encontraron alguna planta de la huerta con signos de destrucción, no es necesario que se comuniquen con los paleontólogos que están desenterrando el gliptodonte en Álvarez (Santa Fe), no fue ni el Nahuelito de las Pampas ni el Pié Grande de Echesortu, es que las plantitas estaban muy juntitas y yo lejos estoy de ser Maximiliano Guerra.
La iglesia consagrada a Nuestra Señora del Carmen, fue inaugurada el 29 de abril de 1923, originariamente no pertenecía al clero sino a la estancia La Ambogena, toma el nombre de Carmen en honor a la esposa del propietario actual, que hace traer desde España en 1919 a la virgen que preside el templo.
De estilo neocolonial, su campana fue fundida en Francia y sus adornos son en su mayoría europeos.
La plaza está muy bien conservada y me imagino será un punto de reunión importante cuando la sombra de los paraísos atempera el rigor de los soles pampeanos. Antes de irme, le hago caso a Esteban y voy en busca del dulce de leche más rico del mundo, por lo menos esa fue su categorización. La fábrica estaba cerrada, pero el almacén de la esquina no, entro y enseguida la sorpresa de los compradores habituales de ver una cara extraña en su micromundo, silencio automático, saludo para romper el hielo y pregunto
-Tiene dulce de leche
Me miran como si recién hubiera llegado de Melmak y me contestan de una manera muy espontánea
-Claro, no nos ve la silueta que tenemos todos, el dulce de leche es nuestra perdición. Genial!
Compré dos tarros de cartón, uno tradicional y otro con chocolate y ya tengo preparado el dinero para ir la semana que viene y comprar la fábrica Kármel.
Realmente Mariano Benítez es un pequeño paraíso de paz, todo luce cuidado, su gente espectacular, esa atmósfera de pueblo rural detenido en el tiempo se percibe en cada gesto urbano y el Kármel... una joya.
El viaje sigue ahora en la otra orilla de la 32, el camino que ingresa a Manuel Ocampo está enfrentado con el que sale de Benítez, pero la distancia de acceso es mucho menor, de ahí ese aislamiento que resultó esencial a la hora de conservar el pueblo en su estado natural.



1 comentario:

  1. Actualizamos esta hermosa nota diciendo que se creó un fascinante y completo museo que se convierte en orgullo de nuestra argentinidad...
    El MUSEO de las batallas de Cepeda. Vale la pena visitarlo... al museo, al pueblo y, obvio degustar el dulce de leche!!!

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